Et vaig donar ulls i vas mirar les tenebres, de Irene Solà, i El último día de la vida anterior, de Andrés Barba han sido las obras seleccionadas por el jurado Finestres como ganadoras del Premio Finestres de Narrativa 2023 en catalán y castellano respectivamente.
Después de intensos meses de lecturas y mucha deliberación, nos ilusiona anunciar estos dos títulos como los más audaces y originales que nos ha dado la literatura en 2023.
Gracias a los miembros del jurado por su trabajo y dedicación, y a todas las obras finalistas que tanto hemos disfrutado. ¡Enhorabuena, Irene y Andrés!
Ganadora Premio Finestres de Narrativa en catalán
Et vaig donar ulls i vas mirar les tenebres, Irene Solà (Anagrama)
Un aquelarre que parece extraído de un retablo barroco espera la muerte de una mujer imposiblemente vieja, miembro de una saga familiar que nace con la ruptura de un pacto con el demonio. Un festín oscuro y sucio cargado de escenas carnales inquietantes y vertiginosas entre animales, hombres, mujeres y bestias diabólicas que comen, bailan y copulan en una masía enclavada en un trozo de tierra atravesado por corrientes caudalosas de leyendas, mitos sobrenaturales y cuatro siglos de historia. Una novela deslumbrante y poderosa que hace gala de una capacidad singular para entrelazar historias y servirlas en un aluvión incesante y estilísticamente controlado, con una lengua viva que rebosa del manantial de la tradición literaria catalana.
Et vaig donar ulls i vas mirar les tenebres abre un capítulo más del mundo de Irene Solà, que ya era poético, evocador y luminoso, y que ahora se muestra más bestial, caótico y oscuro. Un mundo lleno de contrastes, también con humor y atravesado por la solidaridad femenina, de una autora que tiene una mirada panteísta poblada de fuerzas de la naturaleza, brujas y fantasmas, bandoleros y cazadores, rituales antiguos y personajes modernos.
Ganador Premio Finestres de Narrativa en castellano
El último día de la vida anterior, Andrés Barba (Anagrama)
El jurado valora la construcción exquisita y minuciosa dela novela, un número de magia con todas las cartas sobre la mesa, una invocación a plena luz que enfrenta -y transforma- a dos personajes situados a ambos lados de un umbral, en un diálogo (de gestos, detalles y repeticiones) que la propia estructura de la novela reproduce con cristalina simplicidad.
Asimismo, el jurado destaca otras virtudes de este juego narrativo con ecos de Otra vuelta de tuerca, de Henry James, como la contención, la habilidad para enhebrar imágenes poderosas e invitar al lector a frecuentar habitaciones conocidas, pero desde un ángulo distinto. También la vida en un bucle eterno con personajes bien trazados, verosímiles, ajenos a ser estereotipos o meros testigos del escritor escribiendo. La manera más justa de celebrar la novela de Barba no es buscar sus referentes, sino más bien entregarse a su condición de islote capaz de desarticular, con sutileza y lucidez, inercias e ideas recibidas en torno a las formas dominantes de la literatura de género. Además de su condición de rara avis, la novela de Barba es un acorde que reverbera mucho tiempo después de haber sido tocado.
