Incapaz de visitar a su padre, el narrador de esta historia decide escribir sobre su familia sin contar con ese testimonio. El miedo a estar junto a él lo paraliza. Y así, como una infección que lo invade todo, aflora la narración de este infierno. Su madre, una belleza de menos de veinte años, se dejó seducir por el padre, un hombre dotado de gran encanto entre las amistades y muy generoso con los que le rodeaban en el trabajo, pero un egocéntrico maltratador en casa. En este retrato falsamente doméstico se perfilan los inicios del turismo en la Málaga de los años setenta, cuando el dinero europeo de veraneantes e inversores trajo en plena dictadura una insólita apertura en forma de diversión y juerga, aire fresco para una sociedad que ni en sueños habría imaginado noches de orgías sin fin. Miguel Ángel Oeste desciende al abismo de sus recuerdos y, en una dolorosa investigación, confronta su memoria con la de familiares y conocidos para elaborar un testimonio desgarrador, que a la vez es una crónica de los últimos cuarenta años de este país. Un viaje en el que el miedo es el protagonista, primero como padecimiento y luego como motor de escritura.
El jurado destaca el valor de este testimonio único, irrepetible, valiente y poco convencional en el que Miguel Ángel Oeste describe el abuso constante del padre bajo la mirada silenciosa de la madre, tanto víctima como cómplice del padre. El jurado también ha valorado el reto al que se enfrenta el autor del que sale airoso: transmitir con fidelidad todo lo que recuerda como única salvación; matar al padre a través la escritura para construirse él mismo como persona. El jurado quiere realzar cómo el autor logra enfrentar su experiencia con la de su hermano, que decide perdonar mediante el olvido. Otro mérito que subraya el jurado es la constante reflexión sobre el proceso de escritura del libro y sus consecuencias éticas.
El jurado destaca asimismo cómo Vengo de este miedo despunta dentro de un género saturado de historias personales traumáticas gracias a la manera poderosa de enfrentarse a su pasado, sin politizar su vivencia, ni reparar en otros aspectos salvo en el recuerdo de lo vivido y en la reconstrucción más fidedigna posible de la figura del padre, todo escrito sin compasión, sin sentimentalismos, sin buscar la reconciliación y sin juzgarles. Una novela escrita desde el desgarro y el trauma, con un estilo desprolijo y despreocupado que refleja la inmediatez desenfrenada y necesidad intuitiva e imperiosa de querer ir tan lejos a la hora de describir su historia. En definitiva, el jurado premia Vengo de este miedo por cómo el autor convierte su historia en un libro poderoso, brutal, tremendo y único.
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